domingo, 29 de enero de 2012

A propósito...

Aprovechando este modesto espacio en Internet, me gustaría dar las gracias públicamente a la primera persona que tuvo la ocasión de leer la novela completa en su primer borrador. A mi mujer, Julia.
Por su paciencia, sus labores de marketing, sus correcciones e, incluso, por sus ideas para sacar la narración de algún que otro atolladero donde me había metido yo solito en algunos puntos concretos de la trama.
Estuvo leyendo el libro sin parar en todos sus ratos libres hasta finalizarlo. Por suerte, se enganchó a la historia desde el principio y le gustó bastante.
-¿Qué le va a decir si es su mujer? -estaréis pensando. Os respondo: Que lea tu libro un allegado es un arma de doble filo. Si no le gusta, y eso se nota, te puede hundir para siempre. Ella es muy transparente y su cara deja traslucir enseguida sus pensamientos. De hecho, pude ver ese temido cambio en su cara al terminar la novela. Casi me la arroja a la cabeza al leer el final, y no escatimó palabras malsonantes para expresar su opinión sobre la conclusión de la historia. Por ese motivo, en la versión definitiva, el final es algo diferente al original.
En resumen... Es todo un orgullo que algo que has escrito con todo tu esfuerzo guste al menos a una persona. Con eso ya me doy por satisfecho. Y si consigo que unas cuantas personas más lo pasen bien leyendo este libro, pues mejor que mejor.

Gracias también a todos los que habéis comentado positivamente los fragmentos del libro colgados aquí, y a los que me habéis expresado vuestra opinión personalmente. En breve tendreis la oportunidad, si os apetece, de leerlo completo y expresar vuestro parecer con todos los argumentos en la mano.